¿Qué es la avicultura?
¿Qué es la avicultura?
Rama de la zootecnia, que se encarga de
la cría, mejora y explotación de las aves domésticas para el aprovechamiento de
sus productos.
La palabra “avicultura”, designa
genéricamente a toda actividad relacionada con la cría y el cuidado de las
aves, como así también el desarrollo de su explotación comercial.
La avicultura para su explotación se
clasifica en diversas ramas que son:
Anacultura. Rama de la avicultura que se dedica a
la cría y explotación de los patos domésticos.
Ansericultura. Rama de la avicultura que se dedica a
la cría y explotación de gansos.
Colombicultura. Rama de la avicultura que se dedica a
la cría y explotación de palomas productoras de carne o huevo.
Colombofilia. Rama de la avicultura que se dedica a
la cría y explotación de palomas mensajeras.
Estrutiocultura. Rama de la avicultura que se dedica a
la cría y explotación del avestruz.
Gallinocultura. Rama de la avicultura que se dedica a
la cría y explotación de gallináceas.
Meleagricultura. Rama de la avicultura que se dedica a
la cría y explotación de guajolotes.
Numidicultura - Rama de la avicultura que se dedica a
la cría y explotación de gallina de Guinea.
En nuestro país existen dos tipos de
avicultura, la avicultura de traspatio y la avicultura industrial.
La avicultura de traspatio
La avicultura de traspatio es la
actividad pecuaria de mayor tradición y difusión en el país; se realiza desde
la época de la colonia y está presente en más del 85 % de las unidades de
producción pecuaria del país; es una actividad desarrollada de manera extensiva
por la unidad doméstica familiar; definida por el INEGI como “explotación
ganadera en pequeña escala”, como mencionan Centeno, López y Juárez (2007, pág.
42).
La avicultura comprende la cría de
varias especies de aves de corral, como se comentó anteriormente, entre las que
destacan las gallinas (Gallus gallus domesticus L.) gansos (An ser anser),
pavos (Meleagris gallopavo) patos (Cairina moschata) y codornices (Coturnix
coturnix), entre otras, y es una de las principales industrias transformadoras
de la proteína vegetal a proteína animal, (Ortiz, y otros, 2016; p. 301).
El traspatio, expresan Cuca, Gutiérrez y
López (2015, p. 31), que es conocido como aquel espacio productivo y diverso
con que cuentan algunas familias de zonas rurales y áreas periurbanas, es de
gran importancia para la seguridad alimentaria, la organización y economía
familiar de quienes trabajan en él (López et al. 2012). En este espacio
convergen tanto actividades agrícolas como pecuarias con la finalidad de
proveer alimentos básicos tales como: carne, huevo, verduras, miel, entre otros
a las familias principalmente de tipo rural e indígena. En México se conoce muy
poco de la avicultura de traspatio, porque su importancia relativa en los
indicadores productivos es difícil de cuantificar y solamente está
caracterizada como una actividad de apoyo en la economía familiar, que ocupa la
fuerza de trabajo de las amas de casa y los niños (Hernández-Pérez y
Jaimes-Piñón, 2003).
Bajo condiciones de traspatio, el
tamaño del gallinero está en función de la cantidad de aves que se pueden criar
y de la disponibilidad de terreno de la vivienda. Un gallinero con una
superficie de 7 m2 es suficiente para criar 20 gallinas.
El gallinero generalmente está hecho de varas, barrotes, tablas y láminas; su tamaño depende de las posibilidades económicas, de la atención y necesidades de la familia (Cuca et al., 2011).
El peso de los pollitos al nacimiento varía de 25-35 g, y en estado adulto de 1 a 2.5 kg, aunque algunos gallos llegan a pesar hasta 3 kg. La madurez sexual en machos se alcanza entre las 16 y 20 semanas de edad, aunque lo ideal es utilizarlos después de 20 a 24 semanas.
En general, las hembras en el traspatio se utilizan como animales de doble propósito, es decir tanto para producción de huevo como de carne y en éstas la madurez sexual se alcanza a las 20 semanas, aunque aseveraciones de productores de traspatio señalan que estas aves rompen postura a los seis meses de edad (Cuca et al., 2011) y la cantidad de huevo varía dependiendo del número de periodos de postura de cada hembra.En general, las hembras en el traspatio se utilizan como animales de doble propósito, es decir tanto para producción de huevo como de carne y en éstas la madurez sexual se alcanza a las 20 semanas, aunque aseveraciones de productores de traspatio señalan que estas aves rompen postura a los seis meses de edad (Cuca et al., 2011) y la cantidad de huevo varía dependiendo del número de periodos de postura de cada hembra.
La avicultura de traspatio, es la actividad pecuaria de mayor tradición y difusión en México; se realiza desde la época de la colonia y se caracteriza por no generar altos gastos económicos porque utiliza pocos insumos, las instalaciones son fabricadas con materiales de la región, como piedras, troncos, palmas, entre otros. Mientras que la mano de obra es aportada por los miembros de la familia. Este esquema de producción -mercantil simple como lo denominó Marta Harnecker en su libro el materialismo histórico-, es una fuente importante de basto de huevo y pollo en el medio rural y en pequeñas poblaciones y áreas suburbanas, que permite a la gente de escasos recursos económicos producir sus propios alimentos y disponer de los excedentes para su venta.
Las gallinas criollas ponen huevos
de 3-4 periodos cortos en el año y esto depende de la edad que dejen a su
progenie; por ejemplo, en los casos en que las hembras permanecen con sus crías
dos meses, sólo se tienen tres periodos de postura de aproximadamente un mes
cada uno y en cada periodo ponen de 12-15 huevos (Cuca et al., 2011).
La temporada de postura ocurre principalmente en primavera y otoño, aunque algunas hembras pueden extender el periodo de postura hasta el invierno. Existen diferencias en producción de huevo dentro de los grupos fenotípicos de acuerdo a la estación del año, por ejemplo, estudios realizados en el Instituto Agropecuario de Oaxaca (ITAO) en el mismo estado, se ha observado que las gallinas avadas producen mayor número de huevos seguidas de las amarillas, pelonas y negras durante la primavera y en invierno, las gallinas amarillas son las que tienen la mayor producción (Herrera, 1994 y Jerez, 1999).
Los huevos de las gallinas criollas son más pequeños y menos pesados que los de gallinas mejoradas, con un peso que oscila entre 20-60 g. Sin embargo, el peso promedio encontrado en huevos recolectados en algunas localidades del Estado de México, Morelos y Tlaxcala es de 50 g.
En condiciones de traspatio la mayoría de los productores dejan a la gallina incubar todos los huevos que ovopositó (12-15), sin tomar en cuenta el peso y forma del huevo, aunque lo ideal sería seleccionar los huevos más limpios, sin rupturas y homogéneos en tamaño para tener parvadas más uniformes (Cuca et al., 2011).
El tamaño del huevo está determinado por varios genes y en el caso de gallinas criollas, éste varía de acuerdo al fenotipo del ave. Datos obtenidos por Jerez (1999) en el Instituto Tecnológico Agropecuario de Oaxaca (ITAO), indican que las gallinas negras, ponen huevos más pequeños en comparación con los puestos por las de otro fenotipo.
Es importante mencionar que tanto machos como hembras heredan características relacionadas al tamaño del huevo, así, lo conveniente sería seleccionar padres de los cuales se obtengan huevos con tamaños, pesos y conformaciones adecuadas (Jerez et al., 1994).
Existen datos de huevo de gallinas criollas colectados en Tlaxcala, Estado de México y Morelos los cuales tuvieron un tamaño promedio de 5.7 cm de largo y 4.0 cm de ancho (López,).
Para cada uno de los fenotipos se presenta un color específico del cascarón de los huevos producidos, observándose que las gallinas avadas y rojas producen huevos de color rojo, las negras y amarillas de color amarillo y las de cuello pelón ponen de color rojo o blanquecino, aunque algunas gallinas llegan a poner huevos con cascaron verde.
La cloequez es la tendencia de las hembras a incubar sus huevos (12-15), en las gallinas, este periodo dura 21 días. Aunque la cloequez termina al nacer los pollitos, la hembra se dedica por entero al cuidado de ellos al menos por un mes, lo que trae como consecuencia una reducción en la producción de huevo.
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